Cambia, ahora.

Un encuentro inesperado, una cara que nunca olvidas, dulzura... Miles de recuerdos mezclados en un segundo, fundiéndose en la magia de nuestro abrazo.
Nunca me hubiera esperado esa reacción, tampoco el lugar, la hora, el día. Nada era perfecto ni planeado, eso es lo que hizo que todo fuera a mejor.
Conversación de reconocimiento de identidades, miradas fijas la una en la otra, ojos acristalados rompiéndose al mismo tiempo que los míos.
Lo mejor de todo, tu sentimiento de satisfacción y realización personal al verme, aunque sea una milésima parte...
Pero... mírate, eres preciosa, mírate y no dejes de mirarte.

Bueno, ahora es cuando mi cabeza empieza a trabajar y a racionalizar todos los sentimientos, deformando totalmente la realidad. Nuestro cuerpo, nuestros impulsos, emociones nos transmiten otras cosas, pero cuando pasa por la mente (la peor enemiga del hombre), cuando todo se racionaliza, se pierde el auténtico significado, la verdad de las cosas, la intención, todo se deforma, normalmente a peor o a irreal, aunque parezca paradójico, camuflando lo que nos pueda hacer daño o tal vez, sacándolo más a la luz.
Ahora mismo, lo único que podría cambiarlo todo, sería llegar a escuchar lo que no quiero ni siquiera oir, o no puedo, empezar a prestar atención a mi yo interno, ese que nunca o casi nunca sale y ver la facilidad que tienes para hacerme sentir bien, para hacerme olvidar todo lo que en su día pudo hacerme ser una persona diferente. Hablar en condicional es muy fácil, mecanismo de defensa inconscientemente activado, menos mal que siempre me ayudas a desactivarlo...

Dedicado a Clara, mi princesa.
By Loim.