Mantén la cabeza alta, princesa, no vaya a ser que se te caiga tu linda corona.Reafírmate en tus aciertos, mira con soberbia, pecado imperdonable e inevitable.
Lucha por mantener tu egocentrismo al máximo, niveles extremos de autoestima aplastante.
Maquíllate para fingir ser una auténtica mujer. Repasa bien la línea de tus ojos, pinta tus labios de rojo.
Si cometes un error, preocúpate de que éste sea perfecto. Asúmelo.
Sonríe mientras hundes al resto con tu prepotencia. Respira sus fracasos y ahógate en el placer de sus tristezas.
Ahora sí... descansa...
Quítate la corona, princesa, baja la cabecita y apóyate en mí. Ya puedes permitirte ser tú misma.
Enhorabuena, no es fácil dejar de fingir.
By Loim.

No siempre hay que fingir. Lo mejor es ser uno mismo y disfrutar de serlo
ResponderEliminarTodos y todas fingimos en algún momento, negarlo sería absurdo, sería negarse... lo mejor es autocaptarse y preguntarse para qué fingimos.
ResponderEliminarInsisto en que lo mejor es no fingir. Hoy en día es más fácil que nunca ser quien se quiere ser.
ResponderEliminar