Claro, después de toda la historia que nos precede, con historia también me refiero a religión y cultura en general, no me malinterpretéis que yo jamás osaría a hablar de la historia de España, es muy normal la tendencia a culpabilizarnos. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Esto en las familias es muy divertido observarlo, algo inquietante, porque las culpas corren de una lado para otro, llevándose por en medio lo que haga falta o incluso a quien haga falta. Sin embargo, nadie se responsabiliza de sus actos, todos y todas echamos balones fuera y así creemos sentirnos mejor o más felices. Es imposible encontrar la felicidad en cosas por las que jamás nos responsabilizamos. En cambio, parece que resulta morbosa la idea de quedarse enganchado en culpas, con miedo a tomar una decisión, con miedo a ver, con miedo a sentir, con miedo a sufrir o, tal vez, simplemente, miedo a vivir.
La vida supone arriesgar y perder, a veces, arriesgar y ganar, pero siempre bajo decisiones por pequeñas que parezcan. Elegimos todo en nuestra vida; nuestro peinado, nuestra forma de ser y de tratar a los demás, nuestra pareja, nuestro trabajo (los más afortunados), pero lo único que no elegimos es a nosotros/as mismos/as. Nos ha tocado nacer y vivir así, observándonos y conociéndonos para averiguar de qué va el individuo este que tengo en mí y se hace llamar yo. Otra cosa fundamental que también elegimos, aunque nuestro subconsciente nos juegue malas pasadas, es el estar bien, aunque eso da miedo, mucho miedo.
Lo único que sé después de tanto tiempo es que pensar hace daño y sentir nos hace fuertes, pero sin llegar a extremos, por supuesto. El victimismo nos reduce a seres diminutos mirando hacia abajo y la culpabilización en uno/a mismo/a o alguien sólo es una forma más de ocio y tiempo libre. Mi distracción favorita. Supone apartar la mirada de los problemas para entretenernos con cosas que no tienen ninguna o poca importancia. Supone no querer ver, ir ciego/a por la vida, no por falta de capacidad sino por miedo.
By Loim.

Un hombre nunca es libre. Siempre está sujeto a algo. Y en realidad creemos elegir las cosas cuando son ellas las que nos eligen a nosotros. ¡Besos!
ResponderEliminarCreo que discrepo... está claro que no siempre lo que ocurre depende de nosotros/as mismos/as, pero sí que tenemos mucha responsabilidad en nuestras decisiones, que al fin y al cabo son nuestras. Aunque tal vez, no sea totalmente nuestra la elección sí que es totalmente nuestra la manera de vivir la situación; decidimos cómo queremos vivir.
ResponderEliminar¡Besos!