miércoles, 27 de junio de 2012

00:00

Las doce de la noche. El portátil y yo. Apuntes a mi alrededor. Desorden. Mi libreta al lado, pero soy rápida y espontánea, sería lento escribir a mano. Tal vez pereza. 
Fragilidad despuntada, como un cristal afilado, una copa rota de la que si bebes te puedes cortar.
Identidad jamás revelada, puede que nunca conocida, puede que nunca mostrada. Eso es, nunca mostrada. Atrévete a mostrarte, vamos, atrévete y luego me cuentas.
Vivir al límite o serlo, qué gran diferencia de matices, qué gran diferencia de estilos de vida... o tal vez no tanto. Ya nadie sabe qué es un límite ni dónde está ese tal señor límite.
Morir lentamente mientras finges vivir recordando; una vida basada en recuerdos, una vida de años resumida en minutos, en segundos, en flashes. Unos instantes que sólo tu mente disfrutará, en el mejor de los casos... 
Intenta mirar hacia delante, alentador ¿verdad? 
Hoy no pude evitar ver el cielo nublado ante una realidad que se acerca, no pude evitar derrumbarme ante algo que no puedo detener.
¿Por qué nadie reconoce el miedo a la vida?
By Loim.

No hay comentarios:

Publicar un comentario