LA CARTA.

Hoy ha sido un día muy diferente en mi vida, un día digno de señalar en el calendario para siempre.
Una vez más el cartero tocó el timbre y, una vez más, yo pasé de abrirle.
Horas más tarde mi querida Trini aparecía con una carta para mí (hasta ella estaba sorprendida), yo incrédula la miré y pensé "se habrán equivocado" o "será del banco".
Pero no, esta vez era una carta de las que a mi me gustan, sin destino ni destinatario, sin espacio ni tiempo. De esas que se quedan para siempre retenidas en el alma, nacen desde un sentimiento hacia otro... simplemente... sin intereses, sin compromisos...
Cuando abrí la carta y vi las fotos de aquellas niñas felices, del verano del 93... qué recuerdos... dulce infancia... me emociono únicamente al escribirlo...
Cuántas mañanas habremos pasado juntas, cuántos años seguidos esperando para encontrarnos y cuántos años y años sin saber la una de la otra... pero siempre, en el fondo de nuestro corazoncito, quedará el recuerdo de esos días soleados en la playa, en la orilla del mar.
Tú y yo, dos niñas sonrientes... qué inocencia... ahora la maldad y el impulso de la sociedad me inunda, supongo que debo disculparme.
Gracias por llenarme de emociones y buenos sentimientos, gracias por hacerme sentir mejor persona.
Gracias por hacerme sentir alguien importante, menos miserable, más humana y recordarme por qué sigo haciendo cada día lo que hago, por qué busco cada día lo que busco y por recordarme realmente quien soy, quien fui y quien seré.

By Loim.